8 principios esenciales para que nada falle en la prueba del vestido de
novia
1- ¿Mi piel? Limpia, sin maquillaje
Una crema de día, es todo. Ni base de maquillaje, ni barra de labios para evitar manchas.
2- ¿Los escarpines? En el bolso
Lleva zapatos cómodos para afrontar la maratón de tiendas, y unos tacones en el bolso para probarte el vestido. Son indispensables para el dobladillo y para ver la caída del vestido.
3- ¿Mis amigas? Conmigo
No es fácil decidir sola. Vete con una o dos personas de tu entorno. Pídeles que sean honestas y de apuntar los pros y los contras de cada modelo que te pruebes.
4- ¿La lista de direcciones? Bajo el brazo
Como te probarás miles de vestidos en miles de tiendas diferentes, corres el riesgo de acabar hecha un lio y confundirlo todo. Apunta en una libreta el nombre de la tienda, el modelo que te has probado y lo que te ha parecido. Ya en casa, tendrás las ideas más claras para tomar una decisión.
5- ¿El baile? Ya mismo
Hay que saber moverse con un vestido de novia. Practica algunos pasos de baile y camina a zancadas por la tienda… El conjunto que elijas debe de ser cómodo. El día de la boda sería una pena poder caminar sólo a pasitos pequeños, ¡por miedo a romper el vestido!
6- ¿El tono? Compruébalo
Bajo los focos de la tienda, el blanco parece inmaculado. Pero no dudes en salir a la calle a la luz del día para comprobar su tono real y verificar que no es un tono amarillento. También puedes comprobar si es muy transparente la tela, ¡para no desvelar demasiado el día D!
7-¿Las fotos? Imagínatelas
Con tanta prueba puedes perderte y terminar eligiendo el vestido erróneo. Para no hacerte un lio y tener las ideas claras y no terminar comprando un vestido con plumas violetas, imagínate qué es lo que te gustaría ver en las fotos de boda.
8- ¿Mi figura? La acepto tal y como es
No, no puedes apostar por el régimen milagroso que vas a hacer. Cómprate un vestido de tu talla, y si adelgazas antes de la boda (el estrés…) te harán algunos retoques, no te preocupes.
1- ¿Mi piel? Limpia, sin maquillaje
Una crema de día, es todo. Ni base de maquillaje, ni barra de labios para evitar manchas.
2- ¿Los escarpines? En el bolso
Lleva zapatos cómodos para afrontar la maratón de tiendas, y unos tacones en el bolso para probarte el vestido. Son indispensables para el dobladillo y para ver la caída del vestido.
3- ¿Mis amigas? Conmigo
No es fácil decidir sola. Vete con una o dos personas de tu entorno. Pídeles que sean honestas y de apuntar los pros y los contras de cada modelo que te pruebes.
4- ¿La lista de direcciones? Bajo el brazo
Como te probarás miles de vestidos en miles de tiendas diferentes, corres el riesgo de acabar hecha un lio y confundirlo todo. Apunta en una libreta el nombre de la tienda, el modelo que te has probado y lo que te ha parecido. Ya en casa, tendrás las ideas más claras para tomar una decisión.
5- ¿El baile? Ya mismo
Hay que saber moverse con un vestido de novia. Practica algunos pasos de baile y camina a zancadas por la tienda… El conjunto que elijas debe de ser cómodo. El día de la boda sería una pena poder caminar sólo a pasitos pequeños, ¡por miedo a romper el vestido!
6- ¿El tono? Compruébalo
Bajo los focos de la tienda, el blanco parece inmaculado. Pero no dudes en salir a la calle a la luz del día para comprobar su tono real y verificar que no es un tono amarillento. También puedes comprobar si es muy transparente la tela, ¡para no desvelar demasiado el día D!
7-¿Las fotos? Imagínatelas
Con tanta prueba puedes perderte y terminar eligiendo el vestido erróneo. Para no hacerte un lio y tener las ideas claras y no terminar comprando un vestido con plumas violetas, imagínate qué es lo que te gustaría ver en las fotos de boda.
8- ¿Mi figura? La acepto tal y como es
No, no puedes apostar por el régimen milagroso que vas a hacer. Cómprate un vestido de tu talla, y si adelgazas antes de la boda (el estrés…) te harán algunos retoques, no te preocupes.
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